domingo, 24 de julio de 2016

Apuntes Tigres UANL - Atlas Jornada 2 - Liga MX

La elección de grupo no pareció ser la mejor, utilizar a Damián Álvarez en lugar de Luis Quiñones deja dudas de si fue la mejor opción.

Tigres cambió la fase de ataque, el dibujo táctico habitual era 4-3-3 pero ahora vemos un 4-4-2, lo que resta una opción de pase para Guido Pizarro en la salida. Ayer eso pareció perjudicar, pero ojalá se encuentre una opción para revertir esa situación.

Cuando se intentaba salir jugando, los volantes centrales y extremos estaban marcados, la opción más segura era volver hacia atrás para iniciar de nuevo, puesto que lanzar de manera frontal hacia los delanteros era dividir, y seguramente se perdería ahí contra Leiton Jiménez o Barreiro.

Los laterales sobraban en ciertas fases del juego, es por ello que se optaba por liberarles de esta función y adelantarlos para crear una línea de cuatro mediocampistas junto a Pizarro y Dueñas, creando el ataque posicional en 2-4-4, que facilitaba tener más jugadores por delante de la línea de la pelota, además de tener jugadores en campo rival para tratar de recuperar ahí, sin olvidar defender con Juninho y Ayala sobre el 9 de Atlas.



Cuando los laterales subían a interiorizar su juego, no estaban pegados a las bandas, tratan de acortar las distancias laterales (con los volantes centrales).

Durante algunos momentos del juego, Tigres tenía la pelota de frente al arco, pero había jugadores muy alejados, a veces todos buscaban ir hacia adentro en lugar de abrir la cancha para generar carriles entre los centrales y laterales y que ahí entre un lateral nuestro o un interior, además de que el doble 9 no se distribuía bien las zonas de la delantera, y se desaprovechaban espacios a la espalda del doble 5 de Atlas.




El 4-4-2 tiene cosas buenas, como el tener dentro del área una buena distribución de jugadores, siempre y cuando las jugadas vengan desde las bandas, ya sea con centros o con pases rasos, o diagonales para un desmarque hacia atrás.





La entrada de Lucas Zelarayán desconcertó a muchos, pero tiene una explicación: Rafael Márquez estaba siendo el mejor jugador de Atlas, recuperaba y distribuía por todo el campo, porque no tenía una referencia de marca. Ni Gignac, Dueñas o Pizarro podían tomarlo porque perdían mucho de sus principales función, entonces lo que se intentó con Zelarayán fue que Márquez tuviera que marcar sí o sí como contención a Lucas, esto provocó que el extremo derecho quedara técnicamente libre, pero era una zona donde caía Sosa e incluso la ocupaba también Jiménez puesto que pocas veces tenía a quien marcar durante ese lapso del juego por lo atrás que estaba Atlas. Más allá de si agradó o no, el objetivo principal de desactivar la libertad de Márquez funcionó. 

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